lunes, 11 de febrero de 2013

Hilda.

Hay una mujer en mi casa de cabellos grises y mirada desorbitada,se que se siente perdida
entre tantos días que pasan volando y ella camina tan lento,tan triste,pequeños pasitos
que fácilmente puedo dejarla atrás en solo un salto,pero aquella mujer tiene un nombre
especial y hermoso es mi abuelita hilda,que no vive en nuestra realidad,solo vive en su propia
realidad,un tanto particular y fuera de lo común.

Se que no has de leer lo que te he de escribir ya que no estas en tus sentidos,en la realidad
pero se que sientes lo preciada que eres para nosotros,aunque a veces yo no te entienda
y nadie lo haga,eres admirada por la clase de mujer que eras y eres,lo luchadora que fuiste
y aun a tu edad lo eres.

Envolveré un paquete de rosas y te los regalare, sentirás el olor de estas y te animara tu día
aunque luego se te olvide de su existencia y hasta de su olor,pero yo siempre voy a recordar
ese momento como único,pues la belleza de tu rostro y de tus ojos destaca tanto Hilda
me dice mucho,me hace sentir demasiado.

Me gusta verte sentada y cantando tus huaynitos tan carismáticos y pegajosos,sintiendo tu alegría
y tratando de mover tus pies al ritmo de la música,cierta dulzura se despierta en mi y quiero
que pasen los años y seguir teniendo ese recuerdo tan tuyo,tan mio,tu sonriendo y yo cambiando la música
para verte disfrutar cada movimiento tuyo.

Hilda muéstrame tu alegría y sin preocupaciones sonriele a esta vida que tarde o temprano nos va quitando
todo lo que alguna ves nos costo y anhelamos, créeme yo no te he olvidado,no te he dejado y no pretendo dejarte,pues eres una luchadora,una verdadera mujer,una musa que pocos tenemos la suerte de tener. 

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