Tengo un perro,
un gato y mil garabatos.
Tengo anteojos,
frio en los hombros, un celular que no suena, dos cajas de cigarro, tres
encendedores y el cabello atado. Tengo antojos de que me muerdan los ojos,
tengo nariz pequeña y un cocodrilo en mi pecera. Tengo una musiquita
experimental de fondo, unas cuantas arrugas en el corazón y mucho veneno.
Tengo los
pies descalzos tristes porque no descansan, tengo un piercing en el labio que
esta adolorido de tantos mordiscones que le he dado, tengo a mi perra que viene
a la cama cada vez que siente que su amo esta profanándose a sí misma. Tengo un
gato que no deja de morderme los dedos cuando siente el olor a leche. Tengo un
cielo limeño incrustado en mis pupilas, sin estrellas y con la luna casi al
borde de la desaparición, eso me da miedo.
Tengo una
calle sin transeúntes llena solo de canes que olfatean las bolsas de basura,
tengo el olor del tabaco impregnado en la yema de mis dedos, ese olor me hace
recordar tanto a los tiempos donde encerrarse en una habitación los fines de
semana era el ritual perfecto para solo meterme bajo las sabanas y olerme. Es
que oler para mí era, es y será uno de los placeres más ricos del mundo. Hago
una interrupción y miro el pantalón de ositos que estoy usando y lo enrollo y
aparecen las heridas que me hice en una borrachera y el tatuaje que me hice
cuando tenía 15 años, los miro y me saco una sonrisa de recuerdos y de pena,
las abrazo y las beso a cada una respectivamente. ¿Dónde estabas cuando tenía
15 años? Eso ya no importa, ya no tengo 15 años.
Aún así
tengo unas converse rotas y pintadas de morado que me gusta usar cuando estoy
en casa o cuando quiero lucir un tanto “HIPPIE-MIERDA-DESTRUCTIVA-NOMEIMPORTA”
casual. Se cuanto todos odian esas converse pero a mí me gustan porque están rotas
pero aún así vigentes, no sé si la gente ame las cosas rotas, yo las amo. Me
gusta todo lo que a los demás no les gusta, me gusta todo lo que la gente desea
botar porque sienten que no sirve más. Tengo unas canciones que predicen mucho
de mi, tengo buen humor que pocos suelen conocer, tengo un incienso al lado
izquierdo de mi escritorio esperando a ser prendido. Hago otra pausa y me
remango las mangas de la polera que tengo y dejo mis brazos descubiertos,
desnudos a la espera del tacto de mis manos. Los toco sigilosamente y le
observo las marcas de cada guerrita y observo ese tatuaje ridículo que me hice
ya hace dos años, ese tatuaje que fue hecho en 20 minutos o menos ya que mi
tatuador tenía que ir a almorzar.HAHAHAHAHA.
Tengo una cita
mañana con kabuki, he decidido cambiarme el corte del cabello, ya no quiero mi
cabello de colores, ya no quiero mi cabello liso, ya no quiero verme como siempre.
Así que un par de horas todo será diverso, luego iré por un café o por algo muy
helado y luego iré a un par de museos,ferias,leere y aprovechare el viernes,
mañana ya no quiero dormir como estos últimos días. Tengo deseos de dejar la
vida en STAND BY por un ratito y luego retomarla pero eso no se puede dar así
que solo vamos a seguir y ya.
Vieja llama
al doctor y dile que todo va bien, que la crisis se me pasara de a poquitos, de
a chorritos. Digo…¿Podría ser peor, no?.Ya es hora de "dormir",chau.
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