jueves, 16 de noviembre de 2017

Nunca sobrevivo.

Pésimo.


Me he levantado de este sillón 2 o hasta 3 veces,porque permanecer aquí me ha debilitado la mente siento que debería colgarme de algún espacio de esta sala fúnebre.
No logro comprender porque el dia de hoy me pesa tanto el mundo,porque me cuesta mirarme al espejo sin sentir esos deseos de quebrar el vidrio y desfigurarme esta estúpida cara ,volverme un rompecabezas,desarmarme y armarme.


He buscado las mil maneras de relajarme y abrazarme,pero es tan estúpido como pretender que no pasa nada. Mi mente vuela,mis gestos son ácidos,cada uno en su cuarto ignorando la tormenta que soy,los rayos resuenan,pero nunca lo han de escuchar,y llueve sobre mi cara,llueve tanto que mi ropa ahora está totalmente empapada. Nadie me ve,nunca.


El mundo me ha expectorado. Me tiene de desgraciada llenando estas hojas de pena,mi desgracia no es sentirme mal cada mañana o sentir un vacío incondicional.Mi desgracia es recriminarme y recordarme que aún existo,mis dedos me odian tanto que es fácil para ellos incluso redactarme de la peor manera,odiarme,no hay caricia,no hay amor para mi.


Me veo caer de rodillas en medio de la sala,apenas las luces de los autos alumbran las paredes,estoy sola,llevo mi cabeza a mis rodillas,me cubro como si alguien fuese a maltratarme,pero es la vida que está jodiendome,quiero cubrirme,adentrarme en la soledad,no ver,no sentir,no oír,ser invisible,como siempre.


Y ahí me quedo,flotando en la oscuridad,en silencio,ese que me parte en mil. Espero algún día poder lidiar con mis demonios,espero algún día poder sobrevivir a la hecatombe sin ser drama,sin ser una mortal más.




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