domingo, 9 de junio de 2013

Nada en mi oscuridad

Sueños escondidos en mis bolsillos
Ahora sabes porque mis manos se ocultan en ellos
Perdiendo el tiempo me encuentro soñando
Que tomamos un café en algún bar y compartimos
Los mismos sueños.
Te miro fijamente invitándote a nadar en mi oscuridad
A que la conviertas en luz incandescente para que baile
Al son de tus parpadeos y me convierte en la afortunada
De todas maneras soñar no me ha costado mucho.

Dejo de soñar por un momento y como si se tratara de una rutina
Me siento en el techo mientras diviso la calle y veo gente extraña pasar
 Ellos no me divisan pues soy un fantasma, prendo un cigarro, la costumbre
Cierro los ojos pues no hay nada más glorioso que cerrar los ojos e imaginar
Tu propio mundo, tus propias reglas y tú propia historia, sin espectadores
así me dispongo a soñar a viajar creándome un cuento que no es cierto.

Despierta, despierta! No eres un ángel, no eres un demonio, solo eres una chica
Que se dispone a escribirle sus sueños más oscuros a alguien que ni recuerda tu cara
Ni tus palabras es mas no sabe que le escribes versos que bañas en miel antes de ser plasmados, le das forma y los pones bonitos para que sienta que te interesa.

Que inútil es invitarte a nadar en mi oscuridad, sí no te importa si nunca te interesaría
Convertirla en luz, ni ser brisa en mis noches donde quema mi corazón, es inútil insistir
Y yo aun me quedo aquí frente a esta calle solitaria que no le interesa nada, sin embargo
No me canso de escribirle a alguien que jamás me leerá, alguien que jamás le interesara.

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